
Una nave espacial aterriza camino de Tombuctú. Los vientos alisios han creado una mujer de piel de arena que nos ha seducido con un juego erótico sin sombras. El estridente sonido del teléfono nos despierta. A una casa vieja a la que le faltaba vida, alegría, y palabras de amor que se escondieran por las paredes, llegaron las notas de un violín que tocaba la sinfonía de un pobre hombre.
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