
(Pere Miquel)
–Venerable Lobsang, cuéntame otra vez como fue cuando de joven marchaste lejos, muy lejos, a países de los no creyentes a encontrar a nuestro Maestro.
—Ya te lo he contado mil veces, Satyakama. Pero no me importa, sé que te gusta volver a oírmelo explicar. Por entonces no sería mayor que tú, y aún disfrutaría durante muchos años de la luz que le falta ahora a mis ojos.
...
llegir tot l'article.