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UN MUNT DE MOTS

Cuento a partir de: muerte, cama, noche.

Cuento a partir de: muerte, cama, noche.

LA PARTIDA

 

Un nuevo día está a punto de comenzar, parece que será un día radiante, feliz, luminoso, pero lo hará sin mí… Mi día está a punto de inundarse de oscuridad.

En estos últimos momentos que forman mi vida, tumbada en mi cama, me esfuerzo en vano para que mis pulmones obtengan ese aire ahora tan esquivo. Soy consciente de cada molécula de oxígeno que recorre mis venas, de cada latido que impulsa la sangre, espesa, gastada, vieja, cansada, en su último viaje por mi cuerpo.

No, no deseo alargar más algo que ya ha acabado. Todo lo dejo resuelto.

Sí, habrá quien se entristezca por mi partida, que no por ser tan esperada será menos dolorosa. La pérdida de una persona que a momentos ha sido querida y ha querido y a momentos ha odiado y ha sido odiada.

A veces pienso que no he sido más que un cero a la izquierda para todas aquellas personas que no me han importado. Una cara más de las tantas que no se recuerdan después de un día ajetreado.

Y aun así, he tenido una vida plena, llena de satisfacciones y de alegrías. Con penas y con dolor, y es que, al fin y al cabo, la vida es una sucesión de acontecimientos, unos buenos, otros horribles, pero todos ellos forman parte de mi vida, y de la de nadie más.

Para mis enemigos no seré más que un incordio que desaparece. Para mis amigos, un recuerdo al que acudir en un mal día.

Me voy en paz, sabiendo que todo lo que he hecho mal ya ha sido perdonado y olvidado, y lo que he hecho bien será recordado con cariño.

No me dejo nada, tampoco me llevo nada. Lo material desapareció antes que yo.

La Muerte, amiga piadosa, es la única compañía que quiero en estos momentos tan íntimos.

Sí, el mundo sigue su camino, pero lo hará sin mí… Yo empiezo a sumergirme en la Noche Eterna

El Sol comienza a salir por el horizonte, es el momento de la partida y, al final… la oscuridad.

 

 

Antonia Gómez

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