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UN MUNT DE MOTS

Comentario sobre LOS OBJETOS NOS LLAMAN de Juan José Millás

Comentario sobre LOS OBJETOS NOS LLAMAN de Juan José Millás

Los objetos nos llaman son 75 pequeñas dosis de irrealidad.

 

Sorprende cómo, partiendo de hechos intrascendentes, Juan José Millás consigue crear una historia fantástica. Recicla lo cotidiano  y lo convierte en materia literaria.

 

El desencadenante puede ser  cualquier detalle o suceso o un pequeño error como que le dieran la tarjeta equivocada al pagar en un restaurante, o una discusión con un taxista, o  un sueño, o un trozo de conversación robada. Todo vale. Todo es materia literaturizable.  Juega con ello deformando la realidad, utilizando una lógica ilógica, llevando al extremo una situación absurda. Pero no es meramente anecdótico sino que lo utiliza como punto de partida para replantear al lector las eternas inquietudes del ser humano: la vida, la muerte, el amor, la soledad, el transcurrir del tiempo; para invitarnos a transgredir la lógica, a abrir la puerta a la imaginación cada día.

 

En particular destacaría El hombre que escupe. Ese hecho es el punto de partida del cuento. No se trata de un hombre cualquiera, él utiliza a un padre y ese acto, impropio en él, para desacralizar la figura paterna. La historia es sencilla y como en el resto de cuentos, consigue que el lector se identifique fácilmente con el protagonista. Todos, en un momento u otro hemos dejado de ver a los padres como seres perfectos para ver que son sencillamente seres humanos, solo que  muchos no somos conscientes del momento en que ocurrió o lo hemos olvidado y a ninguno se nos ha ocurrido convertirlo en un cuento.

 

El  mayor mérito  que le atribuyo no es solo esa originalidad, ni esa invitación a transgredir la realidad, ni esa sintonía con el lector, sino que todo ello lo hace con un lenguaje sencillo: “… y me dí cuenta de que ya no era mi padre, sino un hombre.”

 

 

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